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Francia

Se apaga la voz de Johnny Hallyday, el ‘Elvis Presley francés’

La mayor estrella de rock de Francia murió en la madrugada del miércoles de un cáncer de pulmón. El cantante de origen belga grabó medio centenar de discos y vendió más de 100 millones de álbumes, encarnando en el imaginario francés el “sueño americano” para la generación de la posguerra.

Johnny Hallyday en París, el 28 de marzo de 2017.
Johnny Hallyday en París, el 28 de marzo de 2017. REUTERS/Charles Platiau
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La noticia fatídica era esperada en estos días, pero no por eso la conmoción en Francia es menor, donde la radio, la televisión y los portales de los diarios dedican ediciones especiales a la muerte de Johnny Hallyday, quien, a los 74 años de edad, sucumbió a un cáncer de pulmón.

Johnny Hallyday, cuyo verdadero nombre era Jean-Philippe Smet, fue la mayor estrella de rock de Francia. En 57 años de carrera, su voz áspera grabó medio centenar de álbumes, de los que vendió 100 millones de copias.

Hijo de una peluquera francesa y de un cantante y actor belga, Jean-Philippe Smet se convirtió en Johnny Hallyday como una versión francesa de “Elvis Presley”: misma entonación, peinado y movimientos pélvicos en el escenario para la generación del baby-boom.

Desde su primera canción grabada en 1960, "T'aimer follement", el rockero dio voz a multitud de éxitos, como "Souvenirs souvenirs", "Le Pénitencier", "Noir c'est noir", "Retiens la nuit", "Que je t'aime", "Gabrielle" o "Ma gueule", entre otros.

Su apariencia evolucionó con la de su público: rockabilly, blusero, hippie, moticiclista, con incursiones en el cine, incluso en el ciencia ficción.

Propulsado por el modelo del star-system estadounidense, Hallyday supo ocupar las páginas de la prensa del espectáculo, pero también las de las revistas del corazón, que reseñaron su vida acelerada, con sus accidentes, sus excesos divulgados por la prensa, sus amores tormentosos y mediáticos (Sylvie Vartan, Nathalie Baye, con quienes tuvo un hijo y una hija respectivamente).

Su figura icónica excedió por mucho el ámbito artístico. Encarna al día de hoy la visión de un Estados Unidos visto desde la Francia proletaria de provincias, con un público eminentemente popular que lo veneró como a un dios.

En los últimos tiempos, también dieron que hablar sus casas en Suiza y en Estados Unidos, mientras afloraban las acusaciones de exilio fiscal. Otros recordarán su entusiasmo por el candidato presidencial Nicolas Sarkozy.

Pero no es día de recordar estas aristas en Francia, que llora unánime la desaparición de una institución. Es cierto que Hallyday no era ni el mejor cantante ni el mejor guitarrista, pero sí un reconocido intérprete que sabía apelar a los mejores letristas para convertirse en la banda sonora de Francia.

“Todos tenemos algo en nosotros de Johnny Hallyday (…) a través de las generaciones, se grabó en la vida de los franceses. Los conquistó con una generosidad que se ve en sus conciertos: gigantescos o íntimos, en los lugares desmedidos como modestos”, declaró el presidente francés Emmanuel Macron, desde Argelia, donde está en visita oficial.

La pareja presidencial francesa anunció este miércoles que asistirá al sepelio, mientras el Elíseo analiza rendir un homenaje nacional a quien Francia llama “Johnny”, a secas.

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