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Enfoque Internacional

Derrumbe de edificios en Marsella: una tragedia anunciada

Primera modificación:

Cinco cuerpos fueron hallados bajo los escombros tras el derrumbe de unos edificios en el centro Marsella el pasado lunes. La quinta víctima, un hombre, fue descubierto este miércoles por la mañana, 48 horas después del desastre, lo que hace cada vez más difícil encontrar personas aún con vida. Según las autoridades, dentro del edificio había entre 5 y 8 personas.

Rescatistas buscan a supervivientes en el barrio Noailles de Marsella, el 5 de noviembre de 2018.
Rescatistas buscan a supervivientes en el barrio Noailles de Marsella, el 5 de noviembre de 2018. HO, Loic AEDO / BMPM/SM Aedo / AFP
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Los equipos de rescate siguen buscando a las tres personas que supuestamente vivían en el edificio 65 de la calle Aubagne, en el barrio de Noailles, y que aún podrían encontrarse bajo de los escombros del único inmueble habitado de los tres edificios que se hundieron, según señaló el fiscal de Marsella, Xavier Tarabeux. El ministro de Interior francés, Christophe Castaner, ya había advertido sobre la escasa esperanza de encontrar supervivientes, sobre todo debido a que el tercer edificio se había derrumbado por encima de los escombros de los otros dos. Las autoridades habían anunciado que la búsqueda podría durar varios días ya que los escombros alcanzaron hasta 5 metros de altura. Sin embargo, las lluvias torrenciales retrasaron el avance del alivio y aumentaron los riesgos.

David Mateos Escobar, urbanista y sociólogo mexicano residente en Marsella, analizó con RFI el estado de las viviendas en la ciudad portuaria, al reabrirse el debate sobre la precariedad de varios barrios que obliga a muchos ciudadanos a vivir en condiciones de inseguridad. “Este es un barrio bastante particular del centro de Marsella, con edificios por la mayoría construidos a finales del siglo XIX o principios del siglo XX que han conocido procesos de deterioración durante varias décadas. De 2001 a 2009 hubo un proceso de rehabilitación que dio algunos resultados, pero efectivamente estos resultados se quedaron lejos de las necesidades de rehabilitación”, explicó el urbanista precisando también que el barrio es habitado principalmente por gente pobre e inmigrantes que no tienen suficientes recursos económicos.

Según Mateos Escobar, los dueños han aprovechado la situación, creando una especie de ciclo de degradación: “Hay una especie de rentabilidad de esta situación que no ha contribuido a que los dueños de una parte importante de estos edificios inviertan en su mejoramiento”, precisó, explicando también que hay muchos actores que tienen la responsabilidad, “tanto públicos como privado”, por no haber tratado suficientemente el asunto de la degradación de las viviendas.

Sin embargo, “en ciertas situaciones como en el caso de la rue d’Aubagne la municipalidad tiene una responsabilidad mayoritaria: la ciudad de Marsella había adquirido dos de estos edificios, entonces en este sentido es bastante emblemático de lo que hemos podido observar desde hace algunos años, que es que cuando la ciudad de Marsella adquiere un bien inmobiliario, ya sea por compra o por expropiación, en general estos edificios quedan desocupados y se siguen degradando durante 5 años, 10 años, 15 años sin que haya una reacción por parte de los poderes públicos”, comentó el urbanista.

En Francia existe la posibilidad de mejorar la situación de vivienda, para las personas en circunstancias de degradación importantes, a través de recursos jurídicos. Sin embargo, como señala Mateos Escobar, muchos inmigrantes en situaciones irregulares o personas muy pobres que no tienen todo el conocimiento al respecto, no quieren arriesgar sus casas relativamente baratas sin saber “en que se van a meter si le llevan a juicio al dueño”.

“Hay mucha gente que prefiere el estatus quo y negociar como puedan con los dueños”, concluyó el urbanista, subrayando que luego “se acumula la degradación, que está realmente en un estado muy avanzado, y sucede lo que sucedió el lunes”.

El debate ahora se está concentrado sobre las medidas que hay que tomar con respecto a otros edificios de la ciudad, cuyo estado se conoce perfectamente. Florent Houdmon, el director de la agencia regional Paca de la Fundación Abbé-Pierre en Provenza-Alpes-Costa Azul, en una entrevista con RFI subrayó que el accidente del pasado lunes podría perfectamente pasar en otros barrios de Marsella, que también se encuentran en un peligroso estado de degradación. “Este es un drama terrible que debe ser evitado y que de hecho puede ser evitado”, comentó criticando al poder público que no se ha tomado en serio el contexto de decadencia pese a las situaciones muy alarmantes.

Houdmond también recordó el informe Nicol, publicado en 2015, que señalaba la presencia en Marsella de 40.000 viviendas en condiciones indignas y de 100.000 personas que vivían en edificios tan degradados que perjudicaban directamente a la salud y a la seguridad de sus inquilinos.

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