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Enfoque Internacional

Los 'chalecos amarillos' frenan las ambiciones ecologistas de Macron

Primera modificación:

Con un balance de dos muertos y más de 500 heridos, el movimiento de los "chalecos amarillos" contra el alza del precio de la gasolina parece radicalizarse. Según un analista consultado por RFI, la movilización revela un malestar profundo en la sociedad francesa.

Manifestación de integrantes del movimiento ciudadanos de los chalecos amarillos en Fos-sur-Mer, Francia, el 19 de noviembre de 2018.
Manifestación de integrantes del movimiento ciudadanos de los chalecos amarillos en Fos-sur-Mer, Francia, el 19 de noviembre de 2018. REUTERS/Jean-Paul Pelissier
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''Inusual", "sin líderes", "sin reivindicación clara". Los politólogos consultados por RFI para analizar el movimiento de los "chalecos amarillos" no esconden su perplejidad. Esta ola de protesta de automovilistas franceses inició en las redes sociales. Más de 900.000 personas firmaron una petición de rechazo al alza del precio de la gasolina. En los últimos tres años, en Francia el precio de los combustibles ha aumentado entre un 20 y 40% según el tipo de gasolina.

El sábado pasado, el movimiento pasó de lo virtual a la realidad: decenas de miles de personas bloquearon porciones de carreteras, atacaron casetas de cobro y cerraron el acceso de varios depósitos de petróleos.

En las zonas rurales de Francia sobre todo, muchos son los habitantes que vistieron un chaleco amarillo fluorescente, obligatorio en los coches franceses, como señal de protesta.

Los ciudadanos franceses de zonas rurales sufren un doble castigo económico: se alejan de los centros urbanos debido al aumento de los precios de la vivienda, se ven obligados a recorrer más kilómetros para acceder a los servicios públicos, y la gasolina está cada vez más cara.

“El tema del precio de la gasolina es superficial, detrás de esto se esconden preocupaciones plurales como el tema de la edad de jubilación, los impuestos, el desempleo, las reformas sociales de Macron, y todo esto ha generado este movimiento social".

Francia rural vs. Francia urbana

El politólogo estima que el movimiento de los chalecos amarillos equivale a un despertar de la Francia rural que se siente marginada.

“Es obvio que gente de la provincia tiene más necesidad de usar su auto para desplazarse y está más impactada por el precio de la gasolina. Y es verdad que la política de Macron aparece más como golpear a los ciudadanos que pedir a las grandes empresas que asuman una responsabilidad ecológica. Es más fácil montar tasas que van a pagar los ciudadanos que pedir a las grandes empresas que tomen sus responsabilidades y financien la ecología”, dijo Urrutia en entrevista con RFI.

La respuesta de Macron

Según el presidente Macron, el aumento del precio de los combustibles para los particulares se justifica por dos razones: se trata de financiar la transición ecológica, y de incentivar a los consumidores a usar coches eléctricos y sistema de calefacción alternativo al gas.

En respuesta al movimiento, el gobierno anunció la extensión de subsidios a las familias pobres para pagar las facturas de luz y gas, así como incentivos fiscales para la modernización de autos y de sistemas de calefacción, medidas que no han calmado la protesta.
 

Tras cinco días de movilización, el movimiento ha perdido fuerza pero se radicaliza. Los chalecos amarillos medirán fuerza con el gobierno de nuevo el sábado, esta vez con el apoyo de varios partidos políticos de oposición, tanto de derecha como de izquierda, y sobre todo con el respaldo de los transportistas del sindicato Fuerza Obrera (FO).

>Hacer clic en la imagen principal arriba para escuchar la versión audio.

 

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