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FRANCIA

La Torre Eiffel despliega sus encantos para atraer a más visitantes

La Torre Eiffel, símbolo de París presente en muchas postales, se encuentra en plena mutación, según un informe del diario Le Parisien. Su objetivo: 7,4 millones de visitantes por año.

La Torre Eiffel, Dama de Hierro parisina.
La Torre Eiffel, Dama de Hierro parisina. Flickr/hjjanisch
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La Dama de Hierro francesa celebrará sus 130 años este año. Unos cuatro años después de los atentados que han espantado a muchos turistas, sus objetivos son claros: superar los siete millones de visitantes por año, alcanzar un volumen de negocios de más de 100 millones de euros, y seguir con los enormes trabajos de renovación, desde la plaza hasta el faro que se encuentra a 324 metros de altura.

Querida por los franceses y los parisinos en particular, la Torre Eiffel también es una empresa que tiene muchas ambiciones financieras. Les echamos una mirada, con base al informe de Le Parisien.

Unas obras gigantescas en curso

La Torre Eiffel es el cuarto sitio más visitado de París. Para las obras de renovación, está previsto un plan de inversiones de 224,5 a 300 millones de euros hasta 2023, sin cerrar el monumento, o parcialmente –actualmente, el tercer piso está cerrado.

Varias obras ya han empezado, como para reforzar la seguridad del sitio, revisar el faro (visible a 80 kilómetros de la capital) a fines de 2017, la renovación del segundo piso y del ascensor norte. Además, está en curso la 20° campaña de pintura que representa unos 60 millones de euros. Se prevé también la transformación de un perímetro muy amplio alrededor del monumento.

Objetivo: 7,4 millones de visitantes

“Todo el mundo le tiene cariño a la Torre Eiffel, es un símbolo del universalismo puesto que el 80% de nuestros visitantes son extranjeros”, subraya Patrick Branco Ruivo, director general de la Sociedad de Explotación de la Torre Eiffel (SETE). Pero “sobre los 20% de visitantes franceses, hay un 11% de habitantes de la región parisina, y entre ellos sólo un 2% de parisinos”. Son ellos a quienes queremos ver volver”, prosigue.

Se busca incrementar el número de visitantes.
Se busca incrementar el número de visitantes. Reuters

La boletería en línea, un sistema que empezó hace tres años, está destinada a regular mejor los flujos. La meta es que termine concentrando el 80% de las ventas totales: “Estamos a un poco más del 50%, el objetivo es alcanzar el 65% en 2019, y el 80% cuando vuelva a funcionar el ascensor norte en 2021”, confirma Patrick Branco Ruivo.

A través de varias herramientas e innovaciones, una campaña busca atraer de nuevo el público parisino, principal vector potencial de crecimiento y medio para llegar a los 7,4 millones de visitantes.

Novedades en los restaurantes y las tiendas

Los restaurantes y las tiendas tienen su importancia en los beneficios generados por la Torre Eiffel. Independientes, todos pagan un impuesto a la SETE (en los últimos cuatro años, un total de 12,5 millones de euros por año).

Varios cambios están planificados para mejorar el recibimiento de los visitantes. El restaurante Jules Verne, cuya concesión perdió el chef Alain Ducasse, del segundo piso volverá a abrir sus puertas en mayo tras obras de varios meses. El chef Thierry Marx retomó la brasserie 58 Tour Eiffel, así como los kioscos debajo de la torre, y tiene previsto cambiar los menús para subir en calidad.

En las tiendas se venderán objetos más originales y variados que las habituales réplicas miniaturas, los llaveros y las bolas de nieve. La misión fue confiada a la empresa Arteum, especializada en la concepción y la venta de productos derivados de obras de arte. “Habrá toda una serie de productos derivados, paraguas, lapiceras, cuadernos… Podemos imaginar objetos realmente exclusivos. (…) Todo esto se pondrá en marcha progresivamente este año”, explica Patrick Branco Ruivo.

Exclusión de vendedores clandestinos

Están instalados desde la apertura de la Torre Eiffel, con un bolso, sus monumentos miniaturas y llaveros en las manos. Algunos despliegan sus mercancías en una frazada en el piso.

Los vendedores clandestinos representan una pérdida de beneficios para las tiendas oficiales. Sin embargo, desde que fue elevado un muro de vidrio en el perímetro para reforzar la seguridad del sitio, y desde que patrullan regularmente policías, no les va tan bien como antes.

Tras los atentados, más policías patrullan cerca de la Torre Eiffel.
Tras los atentados, más policías patrullan cerca de la Torre Eiffel. GEOFFROY VAN DER HASSELT / AFP

Rachida Dati, la alcadesa del distrito 7 de París, les ha declarado la guerra. El año pasado, el número de detenciones ha subido en un 63%. “Se ha vuelto muy difícil”, explica Bayefall, un senegalés de 46 años: “En un día, gano 10 o 15 euros máximo. Hay más policías, la gente desconfía… Es para vivir que lo hago. Me levanto a las cinco de la mañana para venir, a menudo me quedo hasta las 23, es cansador pero cuando no tiene papeles, te quedas afuera del sistema, pues sí, esto es ilegal pero prefiero esto a mendigar o vender droga”.

Un precio que divide

Para Fabrice, padre de familia, “podemos imaginar gastar hasta 200 euros aquí. Ir hasta el segundo piso por la escalera saldrá 45,80 euros a la familia de seis, cuatro adultos y dos niños, y por el ascensor 73,40 euros.

Para ir hasta la cumbre, cuesta entre 6,50 y 25,50 euros por persona, según la edad. Un precio que puede ser desalentador, aunque para algunos turistas, no es tan caro: “¡Sigue siendo menos caro que la mayoría de los sitios turísticos en Brasil!”, afirman Clara y sus padres, brasileños del sur.

Lo cierto es que la Dama de Hierra sigue atrayendo a las masas… e ingresos.

La Torre Eiffel de noche.
La Torre Eiffel de noche. REUTERS/Charles Platiau

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