Pueblo francés ofrece recompensa para quien descifre un mensaje en una roca
Una enigmática inscripción grabada en una localidad de Bretaña desvela a sus pobladores. La alcaldía ofrece 2.000 euros a quien encuentre el significado del mensaje, dejado a fines del siglo 18 en una piedra.
Primera modificación:
La roca, que es aproximadamente del tamaño de una persona, es accesible a través de un camino desde la aldea de Illien Ar Guen, justo al norte de la Pointe du Corbeau, en Bretaña (noroeste de Francia).
Allí, bañada por las olas del Atlántico y visible solo con la marea baja, se encuentra la misteriosa roca con inscripciones que tendría siglos de antigüedad, y que hasta ahora no se ha descifrado.
Para aclarar el enigma, el ayuntamiento de Plougastel-Daoulas ofrece 2.000 euros de recompensa para quien pueda descifrar la secuencia de letras y símbolos.
En la localidad, esta roca se compara a veces con la 'piedra de Rosetta', la gran estela del antiguo Egipto que se encuentra en el Museo Británico y cuya inscripción fue descifrada parcialmente por el egiptólogo francés Jean-François Champollion.
Las autoridades de este pueblo bretón esperan que su oferta arroje luz sobre la historia de la enigmática piedra.
"Esta inscripción es un misterio y es por ello que hemos lanzado el llamado", dijo Véronique Martin, que lidera la búsqueda del posible descifrador.
El epígrafe ocupa completamente uno de sus lados y está escrito principalmente en mayúsculas, pero también hay dibujos, incluido un barco de vela. Se pueden ver dos fechas: 1786 y 1787.
"Estas fechas corresponden más o menos con los años en los que varias baterías de artillería protegían Brest y especialmente el Fuerte de Corbeau, que está justo al lado", agregó Martin.
Es algunas de las partes se puede leer: "ROC AR B... DRE AR GRIO SE EVELOH AR VIRIONES BAOAVEL... R I OBBIIE: BRISBVILAR... FROIK...AL".
"Hay gente que nos dice que es vasco y otros nos dicen que es bretón antiguo", declaró Dominique Cap, alcalde de Plougastel-Daoulas, que añadió que la roca fue descubierta por primera vez hace unos tres o cuatro años.
El llamamiento va dirigido a lingüistas, historiadores, académicos, estudiantes o gente corriente que descifra códigos como pasatiempos.
Un jurado se reunirá para elegir la sugerencia más plausible y otorgar la recompensa.
"Hay muchas palabras, hay letras de nuestro alfabeto [...], no podemos descifrarlas", aseguró Michel Paugam, el concejal municipal a cargo del patrimonio local.
Con AFP
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