La reseña de la prensa francesa del 5 de octubre de 2016

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan, el pasado 8 de septiembre de 2016. Yasin Bulbul/Presidential Palace/Handout via REUTERS

Muchos temas y muy variados en los diarios franceses que están acaparados con el anuncio del "insólito y costoso plan" que anunció ayer el gobierno francés para evitar el cierre de una histórica fábrica de trenes. Un plan a base de encargos públicos de construcción de trenes de alta velocidad y algunos diarios ya están señalando algunas incongruencias puesto que se sabe que muchas vías por las que pasarán no están adaptadas a esa alta velocidad. "Una medida altamente electoralista", según el diario opositor Le Figaro, que recuerda que en Francia se acercan las presidenciales.

Pero Le Figaro pone la lupa también sobre la situación en Turquía después del fallido golpe de Estado de julio pasado y las masivas purgas que lanzó el presidente Erdogan para eliminar en todos los estratos la influencia de la red del predicador Fethullah Güllen, el enemigo número uno del mandatario. Dice el diario conservador que el gobierno extendió el estado de emergencia para seguir justificando las purgas a la que se sumaron ayer la suspensión de 12 mil policías gullenistas según el poder. En resumen, dice un politólogo turco, con el mantenimiento del estado de emergencia, todos los poderes, judicial, legislativo y ejecutivo, se mantendrán concentrados en una sola persona, el presidente Erdogan, aunque el discurso de la salvaguardia de la democracia está dejando de ser tan federador como al principio, en las primeras semanas después de la intentona.

Libération estuvo en Birmingham, en el congreso anual de los conservadores británicos que parece que estaban eufóricos tras el anuncio de la primera ministra Theresa May de iniciar la salida de Reino Unido de la Unión Europea a más tardar en marzo. Dice la enviada especial del tabloide que nadie se anima ni a evocar la más mínima reserva sobre las consecuencias del divorcio porque inmediatamente es tildado de pesimista. Sin embargo muchos tienen razones para estar preocupados como un empresario que fabrica cables y exporta el 80% a los países de la Unión y que si le ponen impuestos aduaneros, se le volverá difícil continuar su actividad.

Hablando de inquietudes, Le Figaro, también desde Birmingham, titula que "el Brexit duro que impulsa Theresa May preocupa mucho tanto a Escocia como a Irlanda del Norte", dos naciones del Reino Unido que no quieren dejar de pertenecer a la Unión Europea y que están amenazando con vetar la línea dura de Londres. Una línea que el diario L'Humanité resume así: lo que el gobierno buscará en las negociaciones es "fronteras cerradas a los inmigrantes pero mercados abiertos".

Libération denuncia, a su manera, la lentitud o inacción de la Unión Europea que no logra hacer frente al flujo masivo de migrantes que se juegan la vida en el Mediterráneo a bordo de verdaderas cáscaras de nuez. Frente a eso, el diario destaca el trabajo de varias ONG que con sus propios barcos salen al rescate de los clandestinos y cita el caso de la ONG Moas, de Malta, que en dos años salvó la vida de 28 mil refugiados en la llamada zona de la muerte, a pocas millas de la costa de Libia.

En India, los intocables organizaron ayer una movilización callejera de protesta. L’Humanité nos recuerda que esta comunidad, que está por debajo de todo el rígido sistema de castas, "protesta desde julio rechazando ocuparse de sacar de las calles los cadáveres de las vacas", que son sagradas en India y nadie puede tocarlas, salvo los intocables a quienes se los considera impuros de nacimiento, religiosamente hablando. El matutino explica que la gota que rebalsó el vaso cayó en enero, con "el suicidio de un estudiante de 26 años, que soñaba con ser escritor científico" y quien no soportó que su condición de intocable se lo impidiera. "Un suicidio interpretado por la izquierda india como un gesto de un hombre libre inmerso en un sistema medieval que no les permite salir de su condición social y los condena a las tareas más repugnantes, atribuidas de facto desde que nacen", denuncia del diario L'Humanité.