La reseña de la prensa francesa del 16 de mayo de 2017

Edouard Philippe, el nuevo primer ministro francés. REUTERS/Christophe Archambault/Pool TPX IMAGES OF THE DAY

Los diarios franceses publican hoy en primera plana la foto del nuevo primer ministro francés, Edouard Philippe. Alto, porte elegante, barba nutrida, Philippe es el alcalde de Le Havre. Era un político muy poco conocido en la opinión hasta que su nombre comenzó a sonar hace unos días para ocupar Matignon. Su nombramiento constituye un nuevo gran estruendo en la política francesa. La razón es simple: Edouard Philippe es de derecha. Es miembro de Los Republicanos cuyo candidato presidencial fue François Fillon.

Muchos se preguntarán: ¿acaso no es Macron un centrista? ¿No es pues Macron más de izquierda que de derecha y por eso algunos dicen que es el “hijo político” del presidente saliente socialista Hollande? Entonces, ¿cómo así que nombra a un primer ministro de derecha? Bienvenidos a la era Macron. Con el joven presidente vamos de sorpresa en sorpresa. “La mano tendida de un presidente al bando rival es histórica” en Francia, según Le Figaro. “Macron da un empujón a la derecha y reta a la izquierda”, titula el diario conservador. “La apuesta de la recomposición”, escribe por su parte La Croix. El diario católico informa que “varios dirigentes de la derecha hicieron un llamado a su familia política para aceptar la mano tendida de Macron”.

Otros diarios son más directos, incluso brutales, para evocar lo que está pasando. “¿Cuál es la misión de este nuevo primer ministro de derecha?”, se interroga Libération. “Romper a la derecha”, contesta en primera plana el diario de centro-izquierda. El arma que utiliza Macron es una “bomba de fragmentación”. El objetivo final es la “recomposición” para obtener en las legislativas de junio una mayoría macronista sólida en la Asamblea Nacional, concluye Libé. L’Humanité también titula en el mismo sentido pero evocando el pasado de banquero del mandatario francés. “Con Edouard Philippe, Macron lanza una OPA a la derecha”. El propósito de esa Oferta Pública de Adquisición es sentar su autoridad encima de las ruinas de los partidos tradicionales cuyos candidatos, por primera vez en medio siglo, no pasaron a la segunda vuelta.

Los diarios también evocan la imagen del recién investido presidente Macron. No hay luna de miel para el joven presidente que capta la atención de millones de personas no sólo en Francia sino en el extranjero. Macron ya es blanco de duras críticas de una parte de la prensa. “El presidente va a venderse a Berlín”, titula L’Humanité evocando su encuentro con Merkel en Berlín en su primer viaje al extranjero. Ese diario estima que Macron se someterá a la voluntad de la canciller alemana. También lo hará con la Comisión Europea cuyas “órdenes seguirá a pie juntillas”, agrega L’Humanité.

En cambio en Le Figaro, el politólogo Laurent Bouvet se muestra menos severo con el mandatario. “Desde su discurso de investidura el 7 de mayo, los franceses han podido ver al candidato de un campo convertirse en presidente de todos los franceses”, escribe en una columna. Pero bueno, ¿acaso no es esto normal? Pues no. Al menos en Francia, éste no ha sido el caso con Hollande y Sarkozy, según Bouvet. “Hollande, el presidente normal; Sarkozy, el presidente ostentoso, bling bling”, recuerda el politólogo y agrega: “Francia por fin será presidida” con Macron.
Con base en las primeras señales que ha dado, Bouvet afirma que “el discurso, el tono, el paso, el cuerpo, la mirada, la distancia del nuevo presidente de la República, todo ello indica que Macron sí ha tomado plena conciencia de la función que encarna”.

Terminemos con un reportaje de L’Humanité con guerrilleros de las FARC desmovilizados. Es un reportaje en Icononzo, en la cordillera de los Andes colombianos. Los guerrilleros “han sido dejados a su propia cuenta”, escribe el enviado especial del diario. “Tras los acuerdos de paz en La Habana, las FARC se desarman poniendo fin al más antiguo conflicto en América Latina. Los guerrilleros se concentran en zonas de desmovilización y se preparan para una reconversión política”, escribe L’Humanité. El diario cita a un ex guerrillero de las FARC, Bairon Yepes, dirigente desde hace 30 años, que se muestra muy crítico con el proceso.
“El acuerdo firmado por el presidente Santos es una cosa, pero su aplicación por parte de los funcionarios del Estado es otra. Nosotros estamos confrontados a los frenos de la burocracia que en lugar de interpretar las normas con el fin de solucionar los problemas, lo que hace es poner más obstáculos”. Otro ex guerrillero miembro de una unidad móvil de las FARC cuenta: “Un militar me dijo que regresara de dónde vengo, pero yo ya no tengo casa”. El reportaje termina sin embargo con una nota de esperanza. César, ex guerrillero del Frente 51, comenta: “Tenemos buen ánimo. Mire, si aprendimos a reír en medio de la guerra, cómo no vamos a hacerlo ahora en tiempos de paz…”.