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REVISTAS DE PRENSA

La reseña de la prensa francesa del 18 de mayo de 2017

El presidente francés Emmanuel Macron.
El presidente francés Emmanuel Macron. REUTERS/Alain Jocard/Pool
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Ayer se anunció la conformación del nuevo gobierno del presidente centrista Emmanuel Macron. Francia ya conocía el nombre de su primer ministro, Edouard Philippe, un político de derecha. Ese nombramiento fue histórico, ya que nunca antes un presidente francés había ofrecido Matignon a un político del bando rival. Por eso había muchas expectativas sobre los nuevos ministros, si serían más de derecha, de izquierda o de centro. ¿Qué dicen los diarios sobre los ministros del presidente Macron?

“Son sobre todo de derecha”, titula Libération. “En este primer gabinete los principales beneficiados fueron el centro, la derecha y los liberales”. Los ministros que vienen de la izquierda son una mera “vitrina”. En cambio los ministros que vienen de derecha sí van a “ponerse manos a la obra para conducir el país”, apunta Libé. Es una “máquina de guerra liberal” se alerta L’Humanité, un diario más a la izquierda. Macron puede sentirse “orgulloso de su cacería” en terrenos de la derecha y el centro. “Sobre todo porque ha logrado cubrir todo el panorama político francés”, agrega L’Huma.

Es un gobierno “equilibrado con una dosis perspicaz de personalidades de la derecha, la izquierda y el centro” afirma por su parte el católico La Croix. “Dosis sutil” escribe por su lado Les Echos. Macron “ha lanzado una arremetida contra las fracturas tradicionales de la política francesa”, agrega este diario.

El diario Le Figaro, que apoyaba al ex candidato de la derecha François Fillon, está al parecer convirtiéndose al macronismo. En todo caso ve con muy buenos ojos lo que está pasando. “La prueba de que este gobierno se inclina más del lado de la derecha es la furia que ha desatado en políticos de izquierda”, escribe. Y, para este diario conservador, “inclinarse del lado de la derecha, es tomar el camino correcto”. Le Figaro se felicita también por un gabinete de “moderados”, que pondrá fin a las “experiencias inciertas” que condujeron los socialistas con Hollande.

No hay que pasar por alto, sin embargo, que Macron es al mismo tiempo el más grande experimento de la política francesa de las últimas décadas. A este respecto, Les Echos recuerda que “Macron ganó la elección sin haber sido nunca antes elegido y sin el apoyo de un partido político. Acaba de nombrar además el primer gobierno ‘sociedad civil’ de la historia de Francia. Un mes antes de las legislativas, su apuesta es derrumbar el sistema político francés”. La pregunta es si podrá hacerlo. En todo caso, ese diario le reconoce a Macron “un sentido de los equilibrios y de las etapas, de la sorpresa y del riesgo”. Todo esto suena a una luna de miel con Macron. Escuchando a ciertos editorialistas, parecería que el joven presidente no sólo fuera una revelación política sino un superdotado.

Un editorialista precisa que es un “presidente anormal”. Recordemos que Hollande comenzó su mandato reivindicándose como un presidente “normal”. En cambio “Macron es un presidente anormal que no tiene necesidad de decirlo porque se nota”, escribe Alain Duhamel en Libération. Macron es el “presidente más atípico, más inesperado y más original” que ha tenido Francia. Uno de los aspectos más novedosos de su proyecto es “haber izado como bandera el optimismo en Francia, que es el país más pesimista de Europa”, concluye Duhamel.

Otro editorialista se muestra más resignado que entusiasta sobre Macron. El filósofo Luc Ferry afirma que hay que “darle una oportunidad a Macron” en las legislativas votando por su partido. Para este ex partidario del candidato presidencial de la derecha, François Fillon, la derecha cometió el error de “suavizar el programa de Fillon de manera pusilánime al punto de que ya no hay ninguna diferencia entre lo que proponía aquél y lo que propone hoy Macron”.
Ferry también le reconoce a Macron haber evitado en su discurso de investidura los dos pecados del culto a la juventud (“jeunisme”): “la arrogancia y la ingratitud”, apunta en Le Figaro.

Cuando restan pocos días para la visita de Trump a Israel, el corresponsal de Libération en Tel Aviv cuenta que “los israelíes están furiosos por el parloteo del mandatario estadounidense”. El gobierno israelí está muy molesto por las revelaciones que hizo Trump a los rusos con base en los informes del Mosad, los servicios de inteligencia israelíes. Para el diario, “Trump se está ahogando en un torrente de escándalos y revelaciones que es imposible detener”, escribe el diario. Y esto comienza a preocupar a los mercados que “comienzan a caer arrastrados por las decepciones en cadena de Trump”, escribe Les Echos. “Los mercados mundiales temen que Trump tenga que renunciar antes del final de su mandato, lo cual acarrearía una grave crisis política”.
 

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