La reseña de la prensa francesa del 28 de agosto de 2017

Manifestación contra las medidas de austeridad del gobierno, en San Juan, Puerto Rico, el pasado 1 de mayo de 2017. Reuters

Le Monde dedica tres páginas enteras a Puerto Rico, con un titular en primera plana que reza: "Puerto Rico, la isla desencantada". El artículo comienza recordando que en el pasado la isla era conocida como la "joya del Caribe", en los tiempos en que el ingreso medio por habitante era el más alto de América Latina. Hoy en día de esa bonanza no queda sino el recuerdo y "ni siquiera el éxito mundial de la canción Despacito cuyo videoclip ha sido el más visto en la historia de Internet, logra esconder el ambiente de depresión que reina en Puerto Rico", escribe el periódico. La isla atraviesa por una crisis económica y social sin precedentes, literalmente está en bancarrota con una deuda descomunal. Una situación que Le Monde atribuye a su estatuto ambiguo puesto que "no es ni un país, ni un municipio sino un "estado libre asociado a Estados Unidos". Ese estatuto -explica el diario- garantiza a los puertorriqueños los mismos derechos que a los ciudadanos estadounidenses: pasaporte, libertad de movimiento, derecho a trabajar en Estados Unidos, salvo el derecho de voto. "Una total incongruencia", comenta el vespertino. "Somos al mismo tiempo ciudadanos estadounidenses y colonia de Estados Unidos y si a eso se suma una deuda surrealista, hay motivos para volverse esquizofrénico", declara una estudiante entrevistada por el enviado especial de Le Monde. El diario explica que para enderezar las finanzas de la isla, Washington nombró una comisión de siete miembros que se comporta como un gobierno de facto de Puerto Rico que está aplicando políticas de extrema austeridad altamente impopulares, entre las cuales el periódico menciona el cierre de 179 escuelas públicas y un recorte de 70% en el presupuesto de las universidades. El resultado es un éxodo masivo y acelerado de la población.

Le Monde habla también de Venezuela y más concretamente de las sanciones financieras estadounidenses. El vespertino informa que el pasado viernes Donald Trump firmó un decreto de sanciones cuyo objetivo principal es impedir que el régimen de Nicolás Maduro tenga acceso a los mercados de capitales, al prohibir a toda institución estadounidense comprar obligaciones emitidas por Caracas o por la compañía petrolera PDVSA. En opinión de Le Monde, este decreto tendrá como consecuencia aumentar la dependencia de Caracas frente a Moscú y a Pekín. Por otra parte, el artículo hace notar que las sanciones no afectan el sector petrolero. Venezuela exporta más de 90 de su producción hacia Estados Unidos y un embargo "desestabilizaría las refinerías estadounidenses". Razón por la cual Washington se abstiene de tocar el sector petrolero.

Libération, Le Figaro y Les Echos se concentran en los problemas de Francia y le dan primera plana al presidente Emmanuel Macron. "Macron ¿presidente de los ricos?" titula Libération y sostiene que el programa económico de Macron debería beneficiar ante todo a los más adinerados. Comenzando porque el impuesto a las grandes fortunas se va a dividir por dos. Una medida que -dice el tabloide- favorecerá a una minoría de archimillonarios. Libération recuerda que cuando el expresidente Hollande pretendió aplicar un impuesto de 80% a los más altos ingresos, su asesor en ese entonces que se llamaba Emmanuel Macron dijo que en caso de que se aplicara ese impuesto Francia se convertiría en "Cuba sin el sol". Ahora, con las medidas que quiere aplicar Macron Francia será "Miami con parasol", ironiza el matutino de izquierda.

El conservador Le Figaro no es más indulgente con el mandatario. Este diario subraya que Macron es criticado tanto por la derecha como por la izquierda y que está "en caída libre" en los sondeos. En su editorial, el matutino sostiene que a pesar de todo, el presidente debe sacar adelante las reformas anunciadas. "No hay tiempo que perder" escribe el editorialista de Le Figaro, en tanto que el financiero Les Echos afirma que con el fin de las vacaciones se abre un período de "alto riesgo" para Emmanuel Macron.