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Oriente Medio

Cristianos de Irak, ansiosos por volver a sus hogares

Al este de Mosul, el ejército iraquí continúa luchando en las ciudades cristianas de Qaraqosh y Bartella. Históricamente, Qaraqosh es la ciudad cristiana más grande de Irak. Sus 50.000 habitantes huyeron con la llegada del grupo Estado Islámico, dos años y medio atrás. Ahora se preparan a regresar. El informe de la enviada especial de RFI a Erbil.

Un soldado cristiano de las fuerzas especiales de Irak en Bartella, el 22 de octubre de 2016, al este de Mosul.
Un soldado cristiano de las fuerzas especiales de Irak en Bartella, el 22 de octubre de 2016, al este de Mosul. Fuente: Reuters.
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La mayoría de los cristianos que huyeron de sus hogares en Qaraqosh y Bartella se refugió en Erbil, el Kurdistán iraquí. El domingo por la noche, en la iglesia del campo de refugiados de Ainkawa 2, todos rezaban por regresar a sus casas en los próximos días.

Por Oriane Verdier, desde Erbil

En una iglesia blanca, construida especialmente por los habitantes del campo, los fieles están tranquilos. Por ahora no hay gritos de alegría. Yusef viene de Qaraqosh. Como sus vecinos, está ansioso por saber, finalmente, si su ciudad sigue en pie.

“Ayer queríamos ver imágenes de nuestras ciudades, de nuestras iglesias. Por ahora no tengo ninguna información sobre si nuestra casa sigue o no ahí. ¡Pero por ahora no pensamos en esto! Aunque no me puedo imaginar volver y no encontrar mi casa. Si es así, no es grave, puedo reconstruirla: estoy vivo”, asegura Yusef.

Junto a Yusef, una madre de familia toma a un niño de la mano. Ella se llama Nada y viene de Batella.

“Vi que hay combates allá. Gracias a Dios pudieron avanzar. Esperábamos esta liberación, pero cuando escuché las campanadas en la televisión, ¡me puse tan contenta!”, explica la mujer.

Pese a este momento de felicidad, Nada tiene pensado partir a Australia con su hijo.

“El menor de mis hijos está aquí y debe construir su futuro. Luego quizás yo regrese. Pero aquí no hay no hay ni educación ni seguridad. Los niños ya no tienen futuro en Bartella”, lamenta.

Por ahora, cada familia regresa a la tienda que le sirve de casa desde hace dos año y medio. Deberán esperar a que la ciudad se encuentre estabilizada y desminada para que cada quien sepa si su casa está en condiciones de ser nuevamente habitada.
 

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