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Enfoque Internacional

Obras de restauración del edículo del Santo Sepulcro en Jerusalén

Primera modificación:

El sepulcro de Cristo, esencia de la fe de millones de personas, está en obras desde hace varios meses.

Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén.
Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén. WikimediaCommons/Jorge Láscar
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El sepulcro de Cristo está en obras y en cuanto las puertas de la iglesia se cierran un grupo de arqueólogos, técnicos griegos trabajan buena parte de la noche en las tareas de renovación de la pequeña capilla del siglo XIX que cubre la piedra sobre la que fue depositado el cuerpo de Jesús.

La semana pasada, esta iglesia vivió momentos históricos. Discretamente, sin prensa y con la supervisión de la iglesia, un grupo de expertos griegos desplazó durante varias horas la losa de mármol que cubre la piedra original del sepulcro de Jesús. La considerada tumba de Jesús había sido abierta parcialmente en 1809 y sólo en 1555 la iglesia había abierto el sepulcro para llegar a la piedra original.

La apertura de la tumba no provocó gran entusiasmo por parte de los responsables religiosos que custodian el Santo Sepulcro, pero era necesario observar el estado de la roca, explica Marie Armelle Beaulieu, redactora jefe de la revista religiosa Tierra Santa en Jerusalén: "Había que verificar desde un punto de vista científico el estado de la piedra y su solidez. Y ya que el sepulcro se había abierto, valía la pena también ver si se podía extraer algún dato sobre el rito funerario que fue practicado sobre esta piedra".

Marie Armelle tuvo el privilegio de ver el edículo o pequeña capilla que alberga el sepulcro, cuando la tumba fue abierta: "Soy una de las pocas personas que pudieron ver el punto exacto y el material, la piedra, a partir de la cual Cristo resucitó. Esa roca provoca una emoción absolutamente particular".

El sepulcro vuelve a estar cerrado vestido con todos sus ornamentos, aunque las obras continúan en la estructura de la capilla que lo protege. Centenares de peregrinos han vuelto a visitar este lugar santo. Muchos de ellos saben que la tumba fue abierta hace algunos días y que habrá estudios que tal vez arrojen nuevos datos sobre la muerte de Jesús.

Para algunos como Sabina, de Italia, la intervención divina se siente en el Santo Sepulcro y la ciencia no podrá desmontar la fe de millones de personas: "Uno puede creer en el hecho histórico o tener fe, creer en el Jesús histórico, en el hombre o en el Cristo de la fe. Pero creo que con todo lo que ha pasado aquí, las guerras, las incursiones… que podamos ver todo esto hoy es un milagro. Soy creyente y creo que la mano de Dios está aquí. No puede ser todo obra del hombre porque si todo esto fuera una historia inventada sería realmente una mentira maestra".

Para Flavia, de Brasil, es mejor que la ciencia no remueva creencias tan asentadas: "Sinceramente creo que es mejor creer. Hace tantos años que la gente tiene fe aquí que ya es parte de la Historia y no tenemos por qué ir contra la Historia. Creo que la ciencia puede incluso confundir a los religiosos, la verdad".

El franciscano Artemio Vítores lleva más de 40 años viviendo en Jerusalén y celebrando misa en el Santo Sepulcro. Hombre de fe, no da demasiada importancia a la apertura del sepulcro y considera que los resultados de los estudios que se llevan a cabo en la roca podrán confirmar datos de los evangelios: "El gran valor del cristianismo es que no son teorías, no son elucubraciones. Puedes ver y tocar".
 

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