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Vida en el Planeta

El Mediterráneo está enfermo de plástico

Primera modificación:

El mar Mediterráneo se está convirtiendo en una peligrosa trampa de plástico, alcanzando niveles récord de contaminación por microplásticos, una amenaza para las especies marinas y para la salud humana, según revela un nuevo estudio publicado este viernes por WWF con motivo del Día Mundial de los Océanos.

El plástico representa el 95% de los residuos que flotan en el Mediterráneo.
El plástico representa el 95% de los residuos que flotan en el Mediterráneo. ®WWF.org
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Coincidiendo con el Día Mundial de los Océanos, 8 de junio, el informe “Una trampa del plástico. Liberando de plástico el Mediterráneo” destaca los efectos dramáticos que el uso excesivo de plásticos, la pésima gestión de los residuos y el turismo de masas están teniendo en una de las regiones más visitadas del mundo, el mar Mediterráneo.

Basándose en los últimos datos y evidencias científicas del uso de los plásticos en Europa y en las diferentes maneras en las que amenaza a la vida marina, el informe presenta una detallada hoja de ruta de las acciones urgentes que instituciones, empresas y ciudadanos deben llevar a cabo para evitar que los plásticos lleguen al mar.

“Los impactos de la contaminación por plásticos en el Mediterráneo se extienden también alrededor del mundo y están causando graves daños en la naturaleza y en la salud humana. Si sigue empeorando, este problema amenazará la reputación mundial que el Mediterráneo tiene por el turismo y la pesca, debilitando a las comunidades locales que dependen de estos sectores para sobrevivir. El problema de los plásticos es, asimismo, un síntoma del declive general de la salud del Mediterráneo y debe servir como llamamiento para la acción real y común”, ha señalado Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España.

En la actualidad el plástico representa el 95% de los residuos que flotan en el Mediterráneo y acaban en sus playas. La mayor parte de este plástico acaba en el mar proveniente de Turquía y España, seguidos de Italia, Egipto y Francia, países donde los turistas incrementan la basura marina en un 40% cada verano.

Los trozos grandes de plásticos dañan, asfixian e incluso matan a los animales marinos, incluyendo especies amenazadas y protegidas, como las tortugas marinas y las focas monje. Sin embargo, son los microplásticos, fragmentos más pequeños, los que han alcanzado niveles récord de concentración: 1,25 millones de fragmentos por kilómetro en el mar Mediterráneo, un nivel casi cuatro veces superior al de la “isla de plástico”, en el Océano Pacífico. Cabe destacar que cuando entran en la cadena alimentaria, estos fragmentos amenazan a un elevado número de especies animales, incluida la humana.

“En Europa, producimos una enorme cantidad de residuos plásticos, la mayoría de los cuales se envían a vertederos y, como resultado, millones de toneladas de plásticos acaban en el mar Mediterráneo cada año. Este flujo contaminante, combinado con el hecho de que dicho mar esté semicerrado, ha provocado que los niveles de concentración de microplásticos hayan alcanzado un récord, amenazando a las especies marinas y a la salud humana”, ha asegurado Giuseppe Di Carlo, director de la Iniciativa Mediterránea Marina de WWF.

“No podemos permitir que el Mediterráneo se ahogue en plástico. Necesitamos actuar urgentemente y a lo largo de toda la cadena de suministro para salvar nuestro océano de la presencia generalizada de plásticos”.

Según el informe, los retrasos y las deficiencias en la gestión de los residuos plásticos en la mayoría de los países del Mediterráneo están entre las causas principales de la contaminación por plásticos. Sólo se recicla un tercio de los 27 millones de toneladas de residuos de plástico que se producen en Europa [1] cada año, y la mitad de todos los plásticos de Italia, Francia y España acaba en los vertederos. Los plásticos reciclados representan, en la actualidad, solo un 6% de los plásticos consumidos en Europa.

WWF insta a los gobiernos, empresas e individuos a adoptar una serie de acciones para reducir la contaminación por plásticos en los entornos urbanos, costeros y marinos, tanto del Mediterráneo como del resto del mundo. Estas medidas incluyen:

La adopción de un acuerdo internacional y legalmente vinculante para eliminar el vertido de plásticos a los océanos, que esté apoyado por fuertes objetivos nacionales para alcanzar el 100% de plásticos reciclados y reutilizables para 2030 y por prohibiciones nacionales a los plásticos de un solo uso, como las bolsas.

Un llamamiento a las empresas para que inviertan en innovación y diseño para alcanzar un uso del plástico más efectivo y sostenible.

“La contaminación por plásticos está demasiado generalizada como para ser resuelta únicamente por un continente, un gobierno o un sector industrial, y nos afecta a todos. Solo actuando juntos podremos liberar nuestros océanos, ríos, ciudades y vidas del plástico innecesario”, ha concluido Di Carlo.

[1] Esta mención a Europa hace referencia a los 28 miembros de la Unión Europea más Noruega y Suiza.

La contaminación en cifras:

Europa (Los 28 miembros de la UE + Noruega y Suiza) es el segundo mayor productor de plásticos del mundo, después de China. Como consecuencia:

27 millones de toneladas de residuos plásticos son producidos cada año.

Entre 70.000 y 130.000 toneladas de microplásticos (fragmentos de tamaño menor que 5 mm) y entre 150.000 y 500.000 toneladas de macroplásticos (el equivalente a 66.000 camiones de la basura) acaban en el mar Mediterráneo y otros mares europeos cada año.

El Mediterráneo acumula solo el 1% del agua del mundo y el 7% de los microplásticos globales.

La cuenca Mediterránea (el área costera) es hogar de 150 millones de personas que producen las mayores cantidades de residuos urbanos sólidos per cápita, entre 208 y 769 kilos por año. Los turistas que visitan el Mediterráneo durante el verano incrementan la basura marina en un 40%. Los restos también llegan al mar a través de los ríos, principalmente el Nilo, el Ebro, el Po, el Ródano y los ríos Ceyhan y Seyhan en Turquía.

La contaminación por plásticos afecta a sectores económicos clave del Mediterráneo, especialmente a la pesca y al turismo. Se estima que la basura marina le vale a la flota pesquera de la UE cerca de 61,7 millones de euros cada año, debido a la reducción de las capturas, a los daños a las embarcaciones y a la reducción de la demanda de marisco por la preocupación sobre su calidad.

Datos clave sobre la vida salvaje y la contaminación por plásticos:

En el mar Mediterráneo, la ingesta por plástico amenaza a 134 especies (peces, tortugas marinas, mamíferos y aves).

Se estima que el 18% de las poblaciones de atún y pez espada tienen restos de plásticos en sus estómagos.

Todas las tortugas marinas que viven en el Mediterráneo han ingerido plásticos. En algunos especímenes se han encontrado hasta 150 fragmentos de este material.

Se estima que el 90% de las aves marinas tienen fragmentos de plástico en sus estómagos.

Los restos de plástico en el entorno marino contienen contaminantes orgánicos, como plaguicidas, PCB, ftalatos o bisfenol A. En el momento en el que los contaminantes plásticos entran en el cuerpo, interfieren en importantes procesos biológicos, causando daños en el hígado y alteraciones hormonales.

Fuente: WWF España

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