La tapa quiere ser Patrimonio cultural inmaterial

La mejor embajadora de España celebra este jueves su día Mundial con el objetivo de lograr la categoría de Patrimonio cultural inmaterial. Seña de identidad de la gastronomía española, este pequeño bocado celebra actos conmemorativos en 40 ciudades del planeta durante esta jornada. 

Bar de tapas en España

Desde las más innovadoras como los pincho de setas con foie y huevo o las gambas en tempura con frutas exóticas, hasta las clásicas de toda la vida como las croquetas de jamón o los riñones al Jerez. Tantas como rincones tiene España. Renovadas, revisadas, innovadas, o en ocasiones, intactas al paso del tiempo. La mejor embajadora de la península ibérica celebra este jueves su día Mundial con el objetivo de lograr la categoría de Patrimonio cultural inmaterial.

La tapa, seña de identidad de la gastronomía española, es un pequeño bocado que acompaña a la cerveza y al vino y que celebra esta jornada más allá de las fronteras españolas, con actos programados en más de 40 ciudades del planeta. En México, más de 20 restaurantes servirán durante los próximos tres días tapas para conmemorar la fecha y las embajadas de España por el mundo, como en el caso de París, tienen programados actos en su honor.

La tapa, ha asegurado el Gobierno español, es un símbolo universal que merece estar protegido. Es por ello que el ministerio español de Educación, Cultura y Deporte ha comenzado los trámites para otorgar a la tapa la categoría de Patrimonio Cultural Inmaterial. El titular de Cultura español, Íñigo Méndez de Vigo señaló a la directora general de la UNESCO, Irina Bokova, que las tapas "vienen de una esfera localista pero hoy se han convertido en algo que pertenece al idioma universal. Uno va a cualquier parte del mundo, pide tapas e inmediatamente sabe lo que recibe", justificando la intención española de iniciar los trámites para la declaración.

Orígenes de la tapa

Los orígenes de la tapa remontan al siglo XIII durante el reinado de Alfonso X el Sabio, quien dispuso que en los mesones de Castilla se acompañara siempre el vino con un plato pequeño de comida, para así tapar los efectos del alcohol. Otra historia, en cambio, afirma que mientras el Rey estaba en medio de un largo viaje por tierras andaluzas, se detuvo a descansar en la ciudad de Ventorrillo del Chato en el sur de la provincia de Cádiz , y pidió un jerez. A fin de que el vino no se malograra con el polvo del ambiente, el dueño de la taberna sirvió al rey su copa cubierta por una loncha de jamón.

Los expertos cocineros dicen que la cantidad perfecta de una tapa tiene que ser fácilmente comida en 2 o 3 bocados. Si la ración es pequeña, debe ser fácil de comer y por eso es importantísima la colocación de los alimentos en el plato, concebido para que la presentación juegue un papel esencial.

Las redes sociales, en especial Twitter, se han volcado con esta celebración gracias al hashtag #tapasday.