Reino Unido declara la guerra a los microplásticos
Londres prohibirá el uso de microplásticos en cosméticos a partir de 2017, tras una petición respaldada por más de 350.000 ciudadanos y siguiendo el camino trazado este mismo año por Estados Unidos. La Unión Europea va con retraso ante este reto ambiental
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Reino Unido prohibirá el uso de microplásticos en los cosméticos y productos de baño a mediados del 2017, tras la petición respaldada por más de 350.000 ciudadanos y siguiendo el camino trazado este mismo año por Estados Unidos
La medida viene justificada a través de una advertencia del Parlamento de Westminster: «Billones de pequeñas piezas de plástico se acumulan en los oceános, lagos y estuarios de todo el mundo, amenazando la vida marina y la cadena alimentaria. Estas microesferas de plástico presentes en exfoliantes, geles de ducha y pasta de dientes son un problema evitable de la polución por plásticos. Una sola ducha puede producir 100.000 partículas de plástico al oceáno».
Para hacerse una idea, se calcula que una simple ducha con un gel exfoliante puede liberar hasta 100.000 micropartículas que contribuyen a la grave contaminación de plástico en nuestros oceános. Solo en Estados Unidos, se calcula que hasta ocho billones de microbeads (microesferas de plástico) acaban todos los días en el ciclo del agua.
Las microesferas son pequeñas piezas de plástico empleadas en una variedad de productos para el hogar, para añadir función exfoliante o para dar color y textura a productos para el baño. Pueden estar fabricadas en distintos tipos de plástico como polietileno (PE), polipropileno (PP) o poliestireno (PET).
La ONG Greenpeace ha dado el impulso a la campaña para prohibir los microplásticos en el país. Una campaña que ha estado auspiciada por los grandes medios como The Guardian o The Daily Mail. Según denunció la organización este lunes en un informe, grandes marcas como Revlon, Procter & Gamble y Unilever están fallando en la eliminación de los microplásticos de sus cosméticos, y denuncia la falta de medidas por parte de estas empresas, ya que, según la organización, muchas están ignorando la problemática y otras tomando acciones limitadas.
En el caso de la Unión Europea, la lucha contra este agente de contaminación va algo retrasada, hasta el punto de reconocerse el pasado junio, que se carece de datos sobre las consecuencias de este tipo de contaminación.
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