Una bóveda de acero, construida por las empresas francesas Vinci y Bouygues, pasó a cubrir al sarcófago que rodea al reactor nuclear accidentado de Chernóbil para protegerlo de las agresiones climáticas y confinar la radiactividad. Sin embargo, esta cúpula no impedirá que el reactor siga contaminando la atmósfera y el agua.
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Para escuchar la entrevista de Alfredo Pena Vega, especialista en impacto de accidentes nucleares, cliquee en la flecha que aparece sobre la foto.
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