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internacional

El populismo puede ser frenado, es tiempo de acción, Human Rights Watch

El crecimiento del populismo autoritario que parecía imparable hace poco más de un año, se enfrenta ahora a diversas reacciones en el plano internacional. Los dirigentes políticos que pretenden hablar en nombre "del pueblo" tienen un futuro incierto, afirma HRW.

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Human Rights Watch (HRW) publicó hoy su informe anual sobre la situación de esos derechos en el mundo. La ONG defensora de los derechos humanos centra su atención en el "populismo autoritario" y concluye que es posible vencerlo, a una condición: hay que resistir y actuar.

Según HRW, la participación de algunos políticos que "tienen la valentía de defender los derechos humanos", ha permitido frenar las ambiciones de aquellos que desarrollan discursos y políticas de intolerancia en cualquiera de sus múltiples vertientes.

Tomando como punto de partida la situación en Estados Unidos y la Gran Bretaña, HRW observa que las potencias occidentales, en particular, al aislarse más, han abierto la puerta a un mundo cada vez más fragmentado. Además de los dos países citados, otros como Alemania o Francia "no siempre han estado dispuestos" a luchar por su defensa, en tanto que naciones como Australia, Brasil, Indonesia, Japón y Sudáfrica, "pocas veces han alzado la voz en defensa de los derechos humanos.

Causas del populismo

En su informe 2018, la ONG hace un breve recuento de lo que a su parecer son algunas de las causas que explicarían el incremento del populismo en diversos países. Destacan la llamada "fractura económica y la desigualdad provocadas por la globalización", que llevan aparejadas el temor al cambio tecnológico y cultural en diversos sectores de la población. El informe no dice nada de cómo esta situación ha provocado una pérdida de derechos económicos y sociales y un retroceso general de la presencia del Estado, resentido más por los sectores menos favorecidos. Es sobre esa base que los políticos populistas encuentran tierra fértil para sus ideas, invocando los deseos de las mayorías. "Estos populistas pretenden reemplazar el régimen democrático por las ambiciones sin freno del mayoritarismo", apunta HRW.

Responder a ese desafío pasa por mostrar que el conjunto de los derechos están en riesgo cuando se permite que los gobiernos decidan qué personas merecen que sus derechos sean respetados y cuáles no. Este punto de partida supone reconocer que todos necesitamos de todos, asegura la organización humanitaria.

Defensa de los derechos

HRW cita la situación en Francia y en Estados Unidos como botones de muestra de lo que es la lucha por la defensa de los derechos humanos. En el primer caso la ONG se refiere a la victoria en la elección presidencia de Emmanuel Macron contra la opositora de ultraderecha, Marine Le Pen, representante del Frente Nacional, victoria que, estima, representó un punto de inflexión dentro de la Unión Europea (UE). Por cuanto a Estados Unidos, considera que tras la victoria de Donald Trump, quien ganó con "una campaña de odio contra inmigrantes mexicanos, refugiados musulmanes y otras minorías raciales y étnicas", se generó un movimiento de respuesta social muy fuerte, como lo mostró la marcha de cientos de miles de mujeres para protestar contra muchas de sus decisiones políticas que las afectan directamente.

Venezuela, Maduro destructor de la democracia

El largo informe de HRW (más de 700 páginas) dedica un amplio espacio a la situación en Venezuela, una nación "potencialmente rica que quedó en ruinas" como consecuencia de las políticas del presidente Nicolás Maduro, acusado de encabezar un gobierno "despiadado y autocrático".  Human Rights Watch denuncia la existencia de más de 300 presos políticos, hace un recuento de una situación donde la impunidad y la corrupción están presentes a todos los niveles, y saluda el surgimiento y actitud del llamado Grupo de Lima, creado en 2017 a iniciativa de una serie de países de América Latina, que denuncian lo que califican de dictadura.

La organización no gubernamental dedica también un espacio a la situación de los derechos humanos en otros once países de América Latina, como Argentina, Colombia, Brasil, Chile, Cuba o México, entre otros.

La Unión Europea

El bloque de países más rico del mundo no es ejemplo de respeto de los derechos humanos. El caso más claro es la actitud que la Unión Europea (UE) y sus estados miembros han tenido respecto de las poblaciones de inmigrantes que huyen de guerras, hambrunas y catástrofes derivadas del cambio climático.  La UE y sus estados miembros han intensificado sus esfuerzos por evitar el arribo de inmigrantes y han hecho esfuerzos para externalizar la responsabilidad del control migratorio.  El caso más evidente es Libia.  La negativa de los países miembros de la UE a aceptar a los inmigrantes, aunado a la falta de oportunidades de una vida digna en muchos países de África ha convertido al Mediterráneo en un sitio "letal, con casi 3,000 muertos o desaparecidos a mediados de noviembre de 2017."

Human Rights Watch afirma que "Si bien la Unión Europea y sus estados miembros continuaron promoviendo su compromiso con los derechos humanos, las iniciativas de política exterior a menudo se vieron socavadas por otros intereses nacionales", léase la seguridad, el comercio o el acceso a recursos naturales.

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